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miércoles, 27 de junio de 2007

Agujeros negros

No recuerdo las astillas sólo la madera
la religión carcome la moral
del hombre del hambre

sábado, 23 de junio de 2007

Agujeros negros

Los grifos vomitando agua
son tantos los filtros por los que pasar
y no existen coladores para los cuerpos
que garanticen la limpieza del desagüe
los grifos vomitando agua

viernes, 22 de junio de 2007

Agujeros negros


A la espera de la caricia de la llave

el deseo se esconde tras la puerta

miércoles, 20 de junio de 2007

Agujeros negros


A veces damos demasiadas vueltas

algunas lavadoras centrifugan el alma

sólo algunas

jueves, 14 de junio de 2007

Black Hole


Metiste los dedos

no debiste hacerlo

pero lo hiciste

Allí tú

Aquí yo

miércoles, 13 de junio de 2007

Más agujeros negros


Siguiendo con el universo, recuperando algún que otro poema más.

Pasaban las horas
gastando escenas de cama


estrellas de polvo

Tras un agujero
observabais disiparse la madrugada
llevándose el añil
convirtiéndolo todo en negro

martes, 12 de junio de 2007

Agujeros negros


Decididamente Kyoto no nos quiere, agujeros en la capa de ozono, en mi nariz, en el universo, en el sexo...
Hace tiempo que no escribo algo parecido a un poema (para mí, tiempo es un par de semanas), hoy recupero uno de ellos:



El vacío que una lata

deja salir cuando se abre

es similar

a la voz de los animales

que cuelgan de las ramas de los árboles

jueves, 7 de junio de 2007

El día después


Comienza el estío, mi cabeza sufre en su sienes una gran presión, nada que no resuelva el ibuprofeno, releyendo a Ezra Pound me quedo hoy con este poema: Cuando observo los raros hábitos de los perros forzosamente llego a la conclusión de que el hombre resulta superior animal. Cuando observo los raros hábitos de los hombres confieso, amigo mío, mi perplejidad.

martes, 5 de junio de 2007

Próxima estación: Esperanza


Los trenes, en su mayoría, recorren un trayecto de ida y vuelta. Los apeaderos y estaciones esperan su llegada y despiden su salida. Son postales de primavera, verano, otoño e invierno, algunos trenes descarrilan, las vías, a veces, se cruzan entre ellas. Recuerdo los vagones del antiguo talgo, me mareaba en el recorrido Cádiz-Córdoba, mi madre me decía que me relajase, yo, mientras tanto con una bolsa en mis manos por si el vómito quisiera visitarme.
Los trenes se cogen, si se pierden, con suerte puedas cambiar tu billete por otro, pero no llegarás al destino a la hora que pensabas, quizá debí pensar eso antes de dejar Derecho, claro que, cambié ese talgo por un confortable vagón de la lanzadera, y a pesar de llegar tarde a mi destino lo hice recorriendo diversas estaciones, la estación del aceite, la de la tinta, todas ellas mucho más interesante que la estación del Derecho, y ya no me mareo, puedo mirar por las ventanas y recordar aquello de que tenía que relajarme, qué razón tenía mi madre.

viernes, 1 de junio de 2007

Soleá


Entre nubes que gritan, la alergia remite, la tos se pierde entre mis pulmones, al compás de los rayos del sol. He pactado con él una tregua hasta que termine el fin de semana. Ahora que está de moda eso de pactar, ahora que lo que importe es derrotar al rival, más allá del interés general, prima el interés individual. Dichoso individuo el que no ve más allá de su nariz, un día de estos el sol reventará y pondrá a cada uno en su lugar, se quemará el fénix y no volverá a resurgir de sus cenizas, pues nada existirá más allá del universo.