El vino descansa junto a los óleos
mezclándose el aceite y el alcohol,
creando un nuevo aroma.
Buscando poesía en cada trazo,
sumidos en la búsqueda incierta
de nuestro otro yo, sí, nuestra antípoda.
Entre estrellas de alcohol
y melodías sepias
nos sorprendió, de nuevo, la mañana.
Hay lugares que se recuerdan toda una vida.
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