HIMNO DE LA
ALEGRÍA
En la isla
de la noche,
donde el
frío se adentra en nuestros cuerpos
como el mar
en la tierra,
abrazas esta
carne blanca y joven,
la coges
como a un niño, tan pequeño,
que parece que
juegas con la nieve
en un jardín
perdido allá en Helsinki.
Pellizcas al
muñeco que has creado,
entonces
despertamos en la noche
tendidos en
un nido de silencio,
el uno junto
al otro, estamos solos.
Tú, mientras,
tarareas entre besos
las notas de
este himno de alegría.
¿Has notado
el temblor?
Es la nieve
incendiando nuestros labios.