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martes, 13 de septiembre de 2011

{CONTEXTO}

Una bolsa de plástico llena de aire. El profesor dibuja un círculo en la pizarra. Los alumnos miran atentamente la circunferencia que lo envuelve. Se supone que contiene al círculo. Ese círculo contiene la nada o algo que se aproxima a ella, lo que no deja de ser algo: el aire que rellena la bolsa. No dar crédito a esa idea. Hay una órbita que expande sus ojos. La fosforescencia de la tiza rellena la vacuidad del axioma. Los lunares suelen tender a infinito. ¿No crees? Seguramente, ese lunar que realza tus labios sea el mismo que el de tu madre, tu abuela, y así hasta la primera generación, siempre es el mismo, como la nada. Se perpetúa hasta el infinito. Y al final. Al final. Explota. Sí, el aire de la bolsa. El interior de la circunferencia. El círculo. El conjunto. Tiene su fin: lo representamos como O.


1 comentario:

sonia marpez dijo...

y vuelve a haber un principio.