La redondez de tu silencio
consumiendo horas en penumbra.
Ojos hambrientos de la noche,
vulgar canto a la materia.
Deshago los nudos de tu vientre
en un intento de emular la caricia.
No oprimas mi carne con tus dedos
-tiembla el universo en ese instante-
Un gemido rompe el alba
y vibra el sol entre tus labios.
Es invierno en tus mejillas.
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