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martes, 5 de enero de 2010

5 SENTIDOS

1.NOSTALGIA

Recuerdo que al tercer día
la encontraron con un vestido de algas.
Esculpida por el mar en la orilla.
Restos de espuma en sus labios azules.
Para ella una bandera era un pañuelo al cielo.

Recuerda,
de pequeña jugaba en el patio
con sus hermanos
mientras sus padres se repartían
Sicilia y Calabria.

Sus primos inventaban
guerras: bombas de sangre.
Eran tan inconscientes como dulces.
Ahora los muertos respiran en paz.

El día esconde un extraño silencio entre los
huesos.

Aún mejor:

El día esconde
un extraño silencio
entre los huesos.

Necesito que me des tu mano.
La mía necesita calor.
No nací en Durango.
Los cobardes firman con sangre.
Los más cobardes con sangre ajena.
Mientras, golpean con sus fustas en vuestras manos.


Le llamaban el dueño del descampado.
En los brazos podridos de Francisco
el destino era la felicidad.
Al contemplarlos: el corazón
vacío de su madre.

Recordad:
Les prometieron pisar tierra firme.
Bajo aquel abismo
yacen esqueletos de joven marfil
esperando una nueva glaciación.

No hace mucho.
El dulce aullido más lejos que su voz.
Quisieron saciar el deseo
en tus jóvenes y tiernos muslos.
María y Pepa aún dormían.
Los días clavados en la pared.
Un par de cigarrillos en el patio.
La mejor de las recompensas.
Marchabais mudas hacia vuestras camas.
Los días manchados en la pared.
La infancia: una esquina.

Curiosamente.
En el salón de aquella escuela
vuestros maestros advertían:
el sexo es el mayor de los
pecados.
Luego, engañaban a sus mujeres con
antiguas alumnas.
El sabor de aquellas carnes
sobre sus cuerpos ya no entendía de
pecado. Así cada tarde.
Vomitaban sus estómagos
tras impartir clases de religión.
No hay día en que Laura no llore la noche.

A miles de kilómetros:

Al atardecer,
se citan dos presos en estancias
contiguas al mar.
El sol se confunde con sus uniformes.
El FBI ha confinado el hambre.
En los campos Delta y Echo no hay luz.
La oscuridad provoca una
lenta
ceguera
irreversible.

Así fue:

Helena Citronova y su hermana
escaparon del ejército rojo.
Algunos soviéticos disfrutaban
viendo las cintas de vídeo
delas cámaras de gas en los baños.
Aquella fue la liberación de Auschwitz.

En otro tiempo:

Por los pasillos, en la madrugada, vieron a Teresa.
Aclamaba a Dios.


Tenía ocho años.
La menstruación la sorprendió
entre las sábanas de la residencia.
Luego/ más tarde/vinieron los estigmas.

Hace un siglo:

La castigaron a vivir presa en el faro.
Sin más compañía que la del sonido del mar.
Las olas sobre las rocas.
Así pasó sus últimos días: Luz.


Recordad a las chicas del orfanato.
Deambulaban tristes y ojerosas.
Esperando una familia de acogida.
Aquellas dulces y frágiles niñas.
Sobrevivieron a su existencia.
Las encontraron envueltas en un vestido de algas.
Espuma en sus labios azules.

1 comentario:

Oveja berserker dijo...

Me quedo con ésto: Los más cobardes firman con sangre ajena. No se podría decir mejor.
El resto, genial.