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lunes, 31 de agosto de 2009

Matriz (I)

Que mueran los ciegos de pensamiento
y devoren sus ojos los gusanos
hundiéndose entre bocas de carmín
mientras besan los labios de la muerte.

Que revienten los oídos al oír su nombre
y se mofen los parias de su sangre,
derramada entre los restos del mundo
mientras ríen los cuervos en sus nidos

Que mantengan erguida su deshonra
sobre un lecho de ceniza y basura,
que soporten la carga de sus crímenes
ahogados por el magma de la entraña.

Sea Dios su tristísima esperanza.

viernes, 28 de agosto de 2009

PERFORMANCE (V)

Y en la noche vino a mí, rendido,
tras una dulce velada por los bares de la ciudad.
El taxi lo dejó en la puerta mi casa
mientras yo luchaba con mis fantasmas entre sábanas,
enloquecido por los ruidos de la noche,
viendo su cara entre céfiros y hordas de humo.

Sí, sé que vino a mí
como un niño perdido en la playa
buscando los brazos de la madre,
asustado, quebradizo por el temor
que se siente al abismo de la soledad.

Reencarnado en éter,
vino a mí, y en sus ojos
pude ver que la belleza
no es más que una mera interpretación
de su nombre.

Ya había entrado la madrugada
cuando sus sonidos penetraron en mis sienes
y retumbaban en mis oídos,
mis ojos perdieron la órbita del sueño
y como un carnero salvaje
su sombra me acongojó.

Durante cuatro días tuve la misma pesadilla:
grillos que se introducían en mi nariz
y cantaban junto a mi pecho,
devorando mi corazón,
por eso sé que vino a mí,
como vienen los hombres que buscan respuestas,
como vienen las mujeres buscando a sus hombres,
los niños a sus madres
y las niñas a sus padres,
envuelto entre sábanas,
sudoroso y ágil como si de una gacela se tratase,
subiendo velozmente cada peldaño
de las escaleras que llevaban a mi piso,
adentrándose como una serpiente
en mitad del silencio de la habitación,
en la noche vino a mí,
y este sudor frío fue la antesala de mi insomnio,
el preludio del poema.

martes, 25 de agosto de 2009

PERFORMANCE (IV)

INTERMEZZO


El poeta, o sucedáneo de trovador

Tras su último poema

Da unos minutos de asueto al atento público

Es entonces cuando comienza la otra performance.

El chico mono de gran expediente académico

Que viene con sus amigas

Se mete en el servicio de caballeros

En busca del almuerzo desnudo.

La preciosa chica hippie de la primera fila

Intenta ligar con el poeta en la barra

Sin saber que es maricón.

Los del fondo siguen hablando,

Pues no han dejado de hablar durante todo el recital

Por lo que permanecen ajenos al momento.

La camarera del escote agradecido recibe una llamada de su novio

La cuál no puede atender, pues le sirve un brugal cola

A un americano que lleva toda la noche perdido en su pecera.

El trovador o sucedáneo de poeta vuelve al escenario

Y los asientos que estaban ocupados permanecen libres

Como estos versos.

Nadie le hace caso.

Es entonces cuando el escritor se siente realmente poeta.

domingo, 23 de agosto de 2009

PERFORMANCE (III)

VÍTORES


La gente aplaude,

El poeta sólo ha leído

Unos versitos:

Rojo sangre

Verde campo

Negra espera

Aunque el público

Ha querido entender

Que en los campos de sangre

A los rojos y verdes

La muerte les espera

Otros, en cambio

Han interpretado que

La sangre mezclaba

A negros y rojos

En los verdes campos.

Pocos han querido ver

que el sol se pone

en los campos verdes

mientras la noche aguarda.

Pero lo importante es,

evidentemente,

que la gente ha aplaudido al poeta.

sábado, 22 de agosto de 2009

PERFORMANCE (II)

EL POEMA DE AMOR

Una vez escribí un poema de amor,
Y era bonito,
Lo encorseté de tal manera
Que sus versos quedaron atrapados
Como dos pechos rococós,
Lo ahogué de endecasílabos de tal forma
Que sus versos se amorataron
Como los labios de una Madame.
Una vez, os lo prometo,
escribí ese primer poema de amor,
un ripio, por supuesto.




EL POEMA

Transfiguré el rostro de mis amantes
en cada verso que te escondí
en los cajones de nuestro escritorio,
hasta que el poema me llevó a ti.

viernes, 21 de agosto de 2009

PERFORMANCE (I)

LA ENTRADA TRIUNFAL


El poeta entra en el bar,

Se dirige a la barra,

Mira el escote de la camarera,

Siempre hay una camarera con un escote agradecido

tras la barra de un bar.

Pide una copa de vino,

Camina hacia el escenario,

Prueba el micrófono,

UNO-DOS-TRES, (funciona)

Mira atento al público,

Permanece cinco segundos en silencio.

Hasta aquí la performance.

De ahora en adelante,

Sólo le quedará el poema: pajarita de papel.

lunes, 17 de agosto de 2009

Reseña de Binarios en la Tormenta en un vaso


Por Guillermo Ruiz Villagordo.

La realidad no es simple. Es un prisma de infinitas caras que muchas veces se enfrentan de manera ridícula, en ocasiones se complementan mediante vínculos sorprendentes y muy raramente se reconocen unas en las otras. Es decir, la realidad se define por lo fragmentario. Lo que equivale a decir que es indefinible. Lo que equivale a decir que nada es totalmente verdad. Lo que equivale a decir que nada es verdad. Ni siquiera los datos fríos y precisos. Para colmo, los tentáculos de internet son ágiles y sibilinos. Pertenecen a una bestia que dejó de estar domesticada hace tiempo. Su voracidad siempre será mayor que la de los ingenuos que entran mansamente en sus dominios. ¿Y cuáles son sus dominios? El mundo...

Más aquí

domingo, 16 de agosto de 2009

Cóctel molotov

Millares de personas
señalando con sus índices
la figura de un terrorista.

martes, 11 de agosto de 2009

RECTAS FINALES

Algo de raro tienen. A pesar de estar acostumbrado, se lo sigo encontrando siempre. Que algo se acabe no significa que se pierda, puede mudar de estado y conservar, en otros rasgos, de otra forma, su esencia. Pero todo cambio signfica, al menos en parte, el abandono de lo que fue y ya no es más que en el recuerdo. Lo inmutable sólo existe (nada menos) en las palabras. Y poco a poco muere, se va muriendo, al tiempo que se regenera.

Aún falta, no me engaño, pero ya es el comienzo, la cuesta abajo de los días que ahogan y acucian, y representan el inexorable punto final que no será tanto, o sí. No todos lo ven, quizá yo me estoy intentando preparar para que no me pille desprevenido, descalzo o con el paso cambiado, a media vuelta a punto de decir algo (es un poner) a modo de disculpa. Los demás deben darse cuenta.

Sí que tienen algo de raro, para qué voy a engañarme. Sobre todo la sensación de vacío que se queda. Y es irreal, la sensación digo, porque enseguida la costumbre de llenar un hueco con cualquier cosa, como una palabra dicha por obligación ante un silencio incómodo, se impone sobre otra costumbre, la de callar y sentir miedo. O más bien incertidumbre.

Nos pasa que nos cuesta. Hay quien no sabe disfrutar, y cada comienzo conduce como desde ya a la meta. Y no importa lo que encuentres en el paseo: sólo son conos que estorban. No saben disfrutar. Creo que yo tampoco. Antes sí sabía. Ahora me he vuelto precavido. Consciente. Me he aburguesado, que en eso consiste según mis mayores, en ser consciente de los avatares y las desgracias que le sobrevienen a uno, estar preparado para ello y que no te afecte.

Encaro una recta final más. Y sólo es el comienzo de lo que vendrá después. Aún quedan casi veinte días de verano, aunque llueva o se nuble el cielo.

jueves, 6 de agosto de 2009

Sueño (6-Agosto-2009)

Mis padres acaban de firmar una especie de contrato para instalar en la calle Puente y Pellón, en una antigua juguetería, una librería. Por momentos, mis padres parecen ser el Cangrejo Pistolero y Nuria Mezquita, pues las cosas que dicen en la conversación con un tercer hombre encajan más con las vidas de éstos que con las de mis padres.
Una vez cerrado el contrato, camino solo hasta la Plaza del Pan y allí veo una callejuela oscura, sucia, de casas muy viejas, que conduce a la Alfalfa. Se empieza a oír en el aire una canción. Siento un miedo atroz a pasar por esa calle, a ir hacia la Alfalfa: caminar por allí me recuerda al señor Golondrina, a la certeza de que lo he perdido y de que ya, caído en la sombra, nunca voy a volver a ser feliz.
Finalmente, animado por esa canción que sigue escuchándose en el aire, me decido a ir a buscarlo haciendo acopio de valor. Al cruzar la Plaza del Pan en dirección a la Cuesta del Rosario, dos muchachos, cada uno en una esquina, les cantan enamoradísimos esta canción a sus novias por el móvil.
Corro como el viento mientras no deja de sonar la misma canción. Llego hasta su casa, que se parece a la mía, y allí salto como un gato hasta su ventana mientras yo mismo empiezo a cantar para mí la canción. A través de la ventana se ve mucha ropa blanca tendida. Entonces aparece el señor Golondrina, recién salido de la ducha y con una toalla blanca de cintura para abajo, retirando la ropa y acercándose a la ventana. Al principio se ven las pantorrillas, luego el torso (yo cada vez más loco de contento). Finalmente se ve su rostro, que es del más absoluto desagrado.
Me despierto.
Lloro un buen rato al verme privado una vez más de la compañía del señor Golondrina, aunque sea en sueños, y canto la canción solo en mi cuarto. La canción es ésta:

miércoles, 5 de agosto de 2009

martes, 4 de agosto de 2009

3

En una experiencia tridimensional, yo bebía
de tus pechos mientras tocaba tu cara,
me sumergía en tu boca, deslizando el sueño
que habita en tu ombligo.

***

En una experiencia tridimensional, tu
habitación, la galaxia y el Paraíso ocupaban
el mismo espacio-tiempo que nuestros labios
y el beso.

***

En una experiencia tridimensional, el beso, tú
y yo, desvelamos el milenario misterio de la
santísima trinidad: vigilia, oniria y despertaria.