Lo nuestro apenas da para una breve aventurilla
mientras
van
cayendo
las primeras hojas sobre los bancos del parque.
Una breve extensión de tiempo que sólo nos permite
dolernos, cuerpo a cuerpo, en el vacío de la noche.
Y qué triste es el sonido de dos cuerpos cuando se aman,
se decía…
Las caricias que no se dan son espinas,
los besos que evitamos: sombras blancas.
Consumidos
en la noche,
los amantes,
se enroscan
dentro
de un caparazón
de sábanas
y abrazos.
A pesar del calor, mueren de frío.
1 comentario:
Morir de frío es triste
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