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miércoles, 19 de marzo de 2008

Historia de una razón crítica (I)

Empezar un libro por “no dicen” es un peligro al que se expone cualquier autor. No dicen las lenguas abisales que el mar lo inundará todo. Esto no es un ensayo, tranquilidad. Cuando a las seis de la mañana suena el reloj, en lo último que una persona piensa es en poesía. Corre aprisa hacia el baño, se lava la cara, o bien se ducha, se viste, y corre a tomarse un café. Después de todo eso se apresura al baño y hace de tripas, no de corazón. Luego, baja las escaleras y se dirige rauda y veloz hacia su centro de trabajo. En ese intervalo de tiempo le ha dado tiempo a pensar cómo quedará su equipo de fútbol en las semifinales de champions, qué es lo que comerá a mediodía, cómo escaparse antes del trabajo y quién será su compañera de noche. Cada mujer que ha probado su cama tiene el nombre de una canción de The Beatles. Su preferida siempre fue Yesterday aunque dice que Help siempre le ayudó a pasar buenos momentos. Dejemos el ingenio a un lado. Para eso ya están los lobbies editoriales. Los escritores tienen, en su mayoría un gran problema de ego. No lo saben, pero su mierda tiene el olor universal de la mierda. La literatura es hoy víctima del marketing. El marketing es una chapa clavada en la solapa de una chaqueta. Hoy Góngora sería un Punkie de categoría y Quevedo, probablemente, el mejor perfopoeta del mundo. Desconfío de los eruditos que van construyendo analfabetos allá por donde imparten un taller de escritura. Sí, he dicho construir y no crear, para crear hay que ser sumamente inteligente, para construir sólo hace falta terreno y dinero. Sólo eso.

5 comentarios:

Caperucito Lorca dijo...

Eres tan jodidamente certero...

samsa777 dijo...

Demoledor, Nacho.

Amén, punto por punto.

Sega dijo...

Siempre existirá el escritor romántico que tan solo escriba... sin más. Menos mal que no me considero uno de ellos -por otro lado que más quisiera- porque ser romántico hoy por hoy en las letras, además de no vivir de ellas -en la inmensa mayoría de sus casos-, es quizá caer en el olvido -y no por la calidad si no por la mala, que de eso hay mucho pero llenan los libros y las tiendas, y despistan al lector-.

Un saludo.

sergisonic dijo...

Viva la crisis del tocho, viva la edad del pensamiento. Shakespeare hoy haría cine. Y Barbanegra descargaría sus películas.

Verónica dijo...

7:30 de la mañana, despertador, "fuck"