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viernes, 29 de febrero de 2008

Datos personales (I)


De pequeño esperaba que llegase el día
en el que tuviese la edad suficiente
para vestir pantalón largo.
Mi madre no vio mis primeros cortes
de cuchilla de afeitar.
Al poco tiempo de comulgar
aprendí a ungir a los enfermos.
Hoy quisiera volver a los tiempos
de pantalón corto en los que unos labios
soplaban con cariño sobre la leche
para evitar la quemadura de mi boca.

2 comentarios:

sergisonic dijo...

maravillosa rueda del tiempo en álbumes de recuerdos.
cuando la leche estaba caliente, me daba mucha, mucha rabia,la fina capa blanca que la cubría.

saludos sónicos, nacho.

Casiopea dijo...

A mí tampoco me ha gustado nunca la nata y también recuerdo los labios de mi madre, de mi padre a veces, soplando sobre mi vaso y el de mi hermano para que no nos quemásemos cuando niños...

Y sin embargo no quiero volver... será porque definitivamente he crecido...