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martes, 2 de julio de 2013

Un poema de Ray Bradbury




CONOCER LO INSONDABLE ES LO MÍO




Conocer lo insondable es lo mío.
Mi trabajo, refinar la sangre,
descubrir lo bueno y lo malo en ella,
qué se oculta en el glóbulo veloz,
qué vive o muere o perdurando
entrega la llave bajo la que se esconde lo benigno.
Ni lo sé, ni consigo averiguarlo, por eso intento
que con palabras brinquen los faisanes;
y al momento vuelan
con el fin de que los piense aún con más palabras, que describa
                                                                                   [sus alas;
y entonces todo hierve y tararea.
Con qué palabra nombro al colibrí,
con cuál a la libélula;
para el humilde mar, la arena, el viento, el cielo
¿qué pareado de alejandrinos busco que lo empareje toda a la
                                                                                   [primera?
¿Hago un molde del prado para clonarme como el trigo,
o divagando con lo alto de una colina en mente me sumerjo
                                     [en la profundidad de un mar de trébol
que bramando lucha por mantenernos a flote a mi alma y a mí?
Cuando las palabras duras como pedernales bombardean, mi
                                                            [mente lo dispersa todo,
consigue que florezca el día e incrusta destellos en la noche.
Pero si estornudo, el soplo más ligero muta en muerte,
y pierdo los sueños que anidan en árboles y matorrales,
a no ser que me imponga silencio y un paso sigiloso.
Todo está muerto o muriendo. A un rápido ladrido pretencioso:
desbandada. Muy bajito
dice el Hermano Zorro: ¡Escucha, hijo, es así!
Dulce caminante de palabras, ocúltate, ocúltate!

Ray Bradbury

Vivo en lo invisible.
Nuevos poemas escogidos.
Traducción y Prólogo de Ariadna G. García y Ruth Guajardo López.
Editorial Salto de Página,  2013.