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sábado, 16 de marzo de 2013

Un poema de Sara R. Gallardo

LAS MADRES


Mi infancia fue un laberinto
por el que cruzaba
de camino a casa.

Entraba a jugar
y las ramas de los setos
me arañaban los tobillos y los brazos.

Cuando me perdía
gritaba el nombre de mi madre,
que nunca contestaba.

Aquel lugar olía a meo,
había plásticos llenos de moco blanco.

Al correr (tenía miedo),
esquivaba las jeringuillas
y papeles de aluminio.

De los cuatro caminos
pronto aprendí
a recorrer el correcto.

Seguía buscándolo
sólo por el placer de hacerlo.
Supongo que como los otros niños.

Aprendí a sortear también las ramas
y a ser sigilosa.

Nunca conté lo que vi dentro
como todos, supongo.

Las madres (ahora lo sé)
nunca entraron a buscarnos.


Sara R. Gallardo

Epidermia.
El Gaviero Ediciones, 2011.

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