COMO inconscientes y bellos primates
ahondamos en la cáscara madura;
fruto prohibido que duerme en tu lecho.
La tierra herida que habitamos;
como el gusano a la vieja manzana,
como el gusano a tu boca, dulcísima,
como el gusano que duerme tejiendo,
respira levemente por las grietas
que se van agrandando a nuestro paso,
que se van agrandando con nuestros pasos;
huellas de plástico, dulce alquitrán
que infecta cada poro de tu piel.
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