Estado de malestar general

Ni Giddens podía imaginar que la tercera vía fuese tan estanca como el barro que genera la lluvia sobre el albero de cualquier feria de España. Vamos p' alante, Marianico, que aquí no pasa nada. Liquidación por reformas, que se puede decir, es el titular de este mes de febrero en la patria de la piel de toro. ¿Que el fútbol, la educación y la cultura es la misma cosa? Wert, Wert, Wert. España, ha celebrado las cuatro bodas de los pudientes y se prepara para el funeral de la mal llamada clase media. No, no es el popurrit de ninguna chirigota de Cádiz. Si no me equivoco, hubo ayer más gente delante de la caja tonta viendo la triste (por penosa) Gala de los Premios Goya que manifestándose  contra la reforma laboral que fomentará el (des)empleo en este país. Twitter sí, calle no, parece que rezan las pancartas de la ciberturba. Encima, los del Barcelona sucumbiendo antelas victorias del Real Madrid. Sin duda alguna algo ha cambiado en este país. Yo creo que la resurrección madridista se debe a esa centralización de carteras que el merengón de Wert dirige sin ton ni son. Si hasta la Coixet ha mutado en hija de ZP en mitad de unos premiso Goya que cada vez se equiparan más al COAC del Teatro Falla gaditano. Curiosamente el carnaval de Cádiz ha sido en estas semanas el medio del pueblo que más ha castigado al Gobierno del cambio y corto.  De hecho, los niños, dentro de poco, ya no le preguntarán a sus padres eso de "Papá, ¿por qué somos del atleti?" sino que, en breve,  los veremos reclamándoles a sus padres eso de "Papá, ¿por qué vivimos en España?". Sin duda alguna, la zona sombría de la tercera vía ya está aquí. El principio del fin. Eso que tanto anuncia la cultura Maya para el 2012. Si quieren y así lo estiman oportuno pueden celebrar nuestro estado de malestar general este miércoles acudiendo a las iglesias en masa, por aquella de la ceniza, claro. Tiempo habrá el 19M de celebrar esa Constitución bicentenaria que, a este paso, va para fósil jurídico. A este paso alcanzaremos el nirvana por obligació  a la espera de que la calle smells like a teen spirit.

Nacho Montoto