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viernes, 12 de junio de 2009

Ando en estos días terminando el epistolario completo de Pedro Salinas (publicado hace un par de años en la Biblioteca Áurea de Cátedra), casi dos mil páginas con más de un millar de cartas dirigidas a lo más granado del mundo cultural y académico de la época. Me aficioné a este género hace años (creo que estudiaba tercero de carrera) precisamente gracias al poeta madrileño, quien realiza un apasionado encomio de la epístola en su volumen de ensayos El defensor (hay edición en Alianza). La correspondencia particular tiene la ventaja sobre otros géneros de supuesta indagación en los aspectos contextuales del creador (como las biografías o memorias) de no ser concebida a priori para su exhibición pública, lo que desviste al texto de artificios superfluos y melindres pacatos de correción social. Para aquel que esté interesado en conocer mejor cualquiera que sea la figura de un autor, el epistolario es una fuente repleta de datos, opiniones y anécdotas de lo más rico y variado.

Curiosamente, tanto ayer como hoy leo en prensa que la Comunidad de Madrid "ha dejado escapar" el archivo de Rafael Cansinos Assens, que incluye la correspondencia entre éste y Jorge Luis Borges (siempre consideró el argentino al español su maestro en la distancia) y que finalmente ha adquirido el Ayuntamiento de Sevilla. También se recordará la fuerte polémica (con denuncias y juicios de por medio) suscitada a raíz de la pretensión de titularidad de los papeles de Vicente Aleixandre, sus volúmenes dedicados y sus cartas con Azorín, Dámaso, Guillén, Cernuda y tantos otros. Parece que finalmente la Diputación de Málaga podrá hacerse con ellos.

Aprovecho para sugeriros un proyecto del amigo Ventura Camacho. Un epistolario virtual ue pretende ser un punto de conexión para los poetas de aquí y de allá. Podéis verlo y escribir en epistolarioincompleto.blogspot.com

1 comentario:

José Ignacio Montoto dijo...

Interesante el proyecto de Ventura, además de la compilación epistolar en la que estás trabajando, sí.