Supongo que los arcos de herradura
Vaticinaban la dura caída
En la desazón de sus grises brazos
Wall Street, Tokio o Madrid
¿Cariño estás en casa?
Nada importa si hablamos de dinero
Ni la herida ni el beso
Tampoco la caricia
La hierba sólo comparte el color
Dime tú amor mío ¿Dónde quedaron
Los sueños de las estrellas? Barridos
Por una bandera de sangre azul
Las radios apenas sintonizan hoy
La frecuencia de Kiss FM
¿Llegaron tarde los gestos de amor?
Los niños duermen junto a una pared
Sus camas rodeadas de cemento
He ahí nuestro legado
La pesadilla del más triste vuelo:
Yacen en las aceras
Los cuerpos de palomas
En procesión, una a una amortajadas
Son las 12 y 40
El cielo se desploma
Dígitos de agua
Que besan el parqué
Resbala el mundo
Mientras tanto, preparas la comida
Y no sabemos cuánto durará
Esta farsa de números, amor
Tranquila que cada vez queda menos
Mañana es día uno
Y probaré suerte en otra ETT
4 comentarios:
Magnífico retrato de la crisis.
Felicidades.
Un abrazo.
Lleno de empatía y alejado de los tópicos de la cotidianidad; y encima cargado de sensibilidad, este poema. Me pondré relativista para decir simplemente que me encanta.
Un saludo.
Nacho,
Me alegra encontrar tu blog y también compartir cartel en el nuevo proyecto de DULCE ARSÉNICO 0.2-NUEVA YORK.
Recibe un saludo,
Estel J.
Pajarillo, si vieras la que montamos el jueves pasado en el Perro, ay!
Bueno, píopío, el martes estoy en Córdoba con los crustáceos, ¿nos veremos?
Muá*
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