Páginas

martes, 5 de febrero de 2008

Kyoto no nos quiere


No podré asistir al suicidio del sol entre los dientes de las azoteas. El silencio me produce tal ansiedad que mi garganta se va secando, se agrieta y finalmente me ahoga. No busquéis dentro de mí, sólo tengo este vacío por compartir. Miles de personas acuden en silencio a las salas de cine en el más absoluto de los silencios. No robéis mi tiempo lo necesito tanto como el río al agua. Mi abuelo era una buena persona, mi madre también lo fue, los niños mueren de hambre, saciados mueren los hombres, en nuestros cuerpos fertiliza el carcinoma, comemos una dulce basura que revienta cada uno de los conductos que nos habitan. La última vez que lloró John Lennon fue a lomos de Yoko, pero eso no era lo importante, la bala, el cobarde, el hombre. Mis ojos necesitan una prótesis de plástico para poder diferenciar a hombres de mujeres. Lloré por la muerte de mi perro, pero nadie me vio, lloro cada día por la matriz, en el más espeso de los silencios. Mis huesos acabarán besando la misma tierra de Yahvé. Jugábamos en aquellos columpios y no necesitábamos más para ser felices. Mis hermanos lloran a destiempo. El líder es el antihéroe que cada día nos muestra el abismo hacia la felicidad. Tus ojos son hoy dos luciérnagas. Hemos amasado una bestia por cada latido que robamos al tiempo. Hoy tengo el miedo que se tiene al ver que la muerte puede producirse en cualquier instante y con los brazos podridos de caricias y mi boca herida por el silencio sólo puedo decirte que me será imposible asistir al suicidio del sol entre esos hierros que alimentan el tumor nuestro de cada día. Hoy nuestro sueño hiberna en una estación nuclear. Bien lo sabíamos ya: Kyoto no nos quiere.

5 comentarios:

Caperucito Lorca dijo...

Por un momento llegué a pensar que dejaste de lado la crítica social, tras alcanzar la fama.

Qué bueno joder.

Esther Cabrales dijo...

A mi este tipo de relatos, crudos y vertiginosos, me dan un poco de miedo, por las verdades que esconden y que muestran. Supongo que de algún modo participo (participamos) de ello. Y eso acojona. Pero de eso se trata. Creo. ¿No Sr. Montoto?

Gatokiller dijo...

Qué mareo quillooooooooo

sergisonic dijo...

uf. tremendo ecorrealistatexto, de infinitas imágenes.
vuelvo, releo y disfruto zambulliéndome en él, en sus aguas químicas contaminadas de poesía.

maii. dijo...

Sencillamente .. el bello de punta ..
gracias por compartirlo y por crear un cúmulo de sensaciones.
Increible.