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martes, 5 de junio de 2007

Próxima estación: Esperanza


Los trenes, en su mayoría, recorren un trayecto de ida y vuelta. Los apeaderos y estaciones esperan su llegada y despiden su salida. Son postales de primavera, verano, otoño e invierno, algunos trenes descarrilan, las vías, a veces, se cruzan entre ellas. Recuerdo los vagones del antiguo talgo, me mareaba en el recorrido Cádiz-Córdoba, mi madre me decía que me relajase, yo, mientras tanto con una bolsa en mis manos por si el vómito quisiera visitarme.
Los trenes se cogen, si se pierden, con suerte puedas cambiar tu billete por otro, pero no llegarás al destino a la hora que pensabas, quizá debí pensar eso antes de dejar Derecho, claro que, cambié ese talgo por un confortable vagón de la lanzadera, y a pesar de llegar tarde a mi destino lo hice recorriendo diversas estaciones, la estación del aceite, la de la tinta, todas ellas mucho más interesante que la estación del Derecho, y ya no me mareo, puedo mirar por las ventanas y recordar aquello de que tenía que relajarme, qué razón tenía mi madre.

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